
La finalidad de la publicidad engañosa es, como la expresión lo sugiere, engañar al destinatario. Quien observa una publicidad engañosa se formará una idea respecto al producto o servicio que no coincide con la realidad. Esto derivará en que el individuo gaste su dinero en algo que tiene características diferentes a las que él supone de acuerdo a lo apreciado en su anuncio publicitario.
Supongamos que una cadena de comida rápida ofrece una nueva hamburguesa. En una publicidad televisiva, muestra una enorme hamburguesa que apenas entra en un plato y que tiene un grosor considerable, rodeada de decenas de rodajas de pepino y tomate. En los restaurantes, en realidad, los consumidores terminan recibiendo una pequeña hamburguesa, muy finita, que se sirve con una rodaja de pepino y sin tomate. Puede decirse, en definitiva, que la empresa realizó una publicidad engañosa.
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